El Destape: Consuelo

jueves, 14 de abril de 2011

Una serie de documentos irreales de hechos reales

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Posiblemente no encuentren sentido a la siguiente historia, pero son historias que salen de momento y es bueno escribirlas, pueden decir mil cosas y no entender siquiera una palabra.

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Perturbaciones de una mente siniestra

Cansado el cuerpo de tantos pensamientos innecesarios, no pude evitar caer en la cama pensando en todas esas cosas que hice o deje de hacer. Vagos pensamientos recorrieron mi mente recordando cosas que simplemente atormentaban mi existir y hacían más difícil la estancia en este mundo tan material de hoy en día.

No puedo permanecer en este lugar, acostado atormentándome de cosas que ya fueron o que están sucediendo, quiero despejar mi mente y no hay nada mejor que caminar un poco a través del pueblo mágico en el que habito, un pueblo mágico que la corrupción no existe por arte de magia en noticieros y personas.

Son calles que te dejan mucho que pensar y otro poco más a desear, pero mientras voy en el camino es de costumbre toparse al enemigo. Hace tiempo que no lo veía, se nota que ha desarrollado una gran fuerza física, pero que importa si carece de lo más importante, la fuerza mental.

Empiezo a creer que es mejor subir a esos automóviles donde vamos todos por una misma ruta y bajamos en sitios diferentes, esos que llaman: “combi, ruta, colectivo, transporte, burrota, etc”. Pero ya que estoy en ella no puedo evitar ver una ventana y mirar tu reflejo, volteo de inmediato para averiguar si es que de verdad estas dentro del auto, pero si no estás dentro de mi corazón, no hay necesidad de estar dentro de mi camino.

Las luces apagadas indican que no hay nadie en casa, lo que me dice, que han dejado a la señora de los corazones rotos esperando en el mismo lugar donde la deje, recostada en mi cama.